Con esto anterior y más herramientas que se me han brindado la depresión no se marchó de inmediato, pero aprendí a escucharla sin huirle, a estar atento de los mensajes que me estaba brindando desde el interior, y cómo se traducían al exterior en el caos auspiciado por mí.

En mi vida, tras enfrentarme al vórtice de mi propio caos. Y ha sido desde la terapia con profesionales y mi grupo de ayuda mutua, como de personas bien intensionadas que pude hacerme consciente y cargo de mi propia sombra. La autocrítica fue importante siempre en este proceso de tratamiento.

Pero también es importante la terapia individual con un profesional acreditado para tratarla, alguien que además de escucharnos y llevarnos a la propia reflexión y en algunos casos a la autocrítica nos psicoeduque para reestructurar nuestra vida. Yo he pasado por una de las peores depresiones
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Algo que tú no puedes cambiar porque se trata precisamente de una depresión originada por dirversos factores sin dejar de tomar en cuenta que la química cerebral se ha alterado. Es cierto que los neurotransmisores involucrados podemos producirlos a partir de ciertas actividades y alimentos
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Uno está en una especie de limbo sobreviviendo como puede, cargando con una pérdida total de propósito y razón para estar vivo. Esto pasa y se siente en el cuerpo, en la mente y en el alma. Y no basta con "pensar positivo ", ni con "echarle ganas" para dejar de padecer
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Suplicar solo a "lo que sea que esté allí y me escuche", romper el ego, ponerse de rodillas y por fin, pedir ayuda. Reconocer que necesitas a un Poder Superior a tu ego para salir de allí...y que el milagro, comienza a operar en ti...
Gracias Dios, gracias vida. Gracias AA y NA. Gracias a todos.

Cansado del cuerpo y del alma y no poder parar... ese dilema que solo quien ha padecido esta obsesión tan destructiva entiende, cuando el alma llora: Querer parar y no poder. Con la voluntad abatida por una compulsión que no cura la medicina, ni la religión, tampoco la filosofía.
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Despertar en ese remedo de existencia y buscar alivio, sin cuestionarme si lo que necesitaba era la curación de eso que sangraba y que yo no podía detectar, solo sentir cómo se diluía mi vida con los hielos de ese vaso con aguafuerte de mi derrota, aún no reconocida en ese entonces.
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Un suspiro que daba respiros y una aparente calma que era solo eso, aparente. Y después despertar de nuevo, acompañado por los jinetes del apocalipsis: Terror, frustración, confusión, aturdimiento...
Era la progresión en el cronómetro de esa bomba de relojería en marcha. Era el infierno mismo.
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Es común que los más cercanos a nosotros también se vean envueltos en nuestras pérdidas individuales, como lo están en aquellas que los involucran directamente a ellos. Los duelos son complejos y requieren transitarse, sentirse. Llorarlos.

Escuchar, aceptar que otros pueden guiarme desde la empatía, la espiritualidad, incluso la ciencia para poderme reparar. Acepté mi dolor, haciendo vida aquello que dijo Carl Jung:"Lo que resistes, persiste".

Fue reconciliarme con ese yo lastimado, abusado, disminuido, muchas veces por mí mismo, por sentirme el culpable de haberlo permitido. Y reconciliarme conmigo no fue sencillo, pero no lo hice solo, pedí ayuda y se me brindó, acepté que no tenía todas mis respuestas y tenía que aprender a
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Va a doler y tenemos que contactar con el dolor, transitarlo, no anestesiarlo, sentirlo, llorarlo y expresarlo: verbalizarlo, pintarlo, escribirlo, convertirlo en entrenamiento físico, etc. Echar a andar la vida sin dejar de sentir, sin pretender que no duele, eso es lo sano.

En cuanto a una ruptura, superar a alguien requiere acción: crear nuevas rutinas, ubicar a tu red de apoyo y acompañarte de ellos, de nuevas personas, recuperar aficiones que dejaste de lado, trabajar en tu propio bienestar. No puedes esperar a que un día te despiertes y de repente, ya no duela.
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Estás a salvo. Hoy soy el adulto que necesitaste cuando fuiste niño, hoy estoy aquí contigo y no soltaré tu mano".