Ricardo Piglia. El último lector
Foto: Niño leyendo en una librería destruida durante un bombardeo en Londres en 1940
Ricardo Piglia. El último lector
Foto: Niño leyendo en una librería destruida durante un bombardeo en Londres en 1940
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Decir lo que harías tú. Cuando, en realidad, muchas veces lo más útil —y lo más humano— es callar. Es ofrecer un espacio donde el otro pueda sostener su dolor sin sentirse juzgado o corregido.
Tus buenas intenciones no siempre se traducen en acompañamiento real.
Decir lo que harías tú. Cuando, en realidad, muchas veces lo más útil —y lo más humano— es callar. Es ofrecer un espacio donde el otro pueda sostener su dolor sin sentirse juzgado o corregido.
Tus buenas intenciones no siempre se traducen en acompañamiento real.
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Inicio el día escuchando a mi interior. Contemplando mis pensamientos sin importar lo caóticos que puedan ser. Me contemplo, me escucho y con una mano en el corazón me digo: "Estoy aquí para ti, no dejaré que nadie te haga daño.
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Inicio el día escuchando a mi interior. Contemplando mis pensamientos sin importar lo caóticos que puedan ser. Me contemplo, me escucho y con una mano en el corazón me digo: "Estoy aquí para ti, no dejaré que nadie te haga daño.
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Hoy seré amable conmigo y me trataré mejor que ayer. Tomaré agua, no me envenaré con el veneno de la ira y el mal entendimiento. Hoy viviré este día sin pensar en lo que no tengo, voltearé a ver lo que sí tengo y agradeceré por ello. Hoy vuelvo a empezar.
Hoy seré amable conmigo y me trataré mejor que ayer. Tomaré agua, no me envenaré con el veneno de la ira y el mal entendimiento. Hoy viviré este día sin pensar en lo que no tengo, voltearé a ver lo que sí tengo y agradeceré por ello. Hoy vuelvo a empezar.