La salud pública, en su búsqueda a través de la acción política de la mejora de la salud colectiva y de la reducción de las desigualdades en salud, debería tener el antifascismo como uno de sus valores principales.

◾ Mayor discriminación social y a nivel de políticas públicas contra minorías por cuestión de raza, orientación sexual o identidad de género.
◾ Políticas antiabortistas que aumentan el riesgo de mortalidad infantil y de las mujeres.
◾ Negacionismo científico y del cambio climático.

La asociación entre gobiernos de extrema derecha y una peor salud colectivo y de determinados grupos sociales es clara a través de diferentes vías:

◾ Aumento de la violencia estatal y social, especialmente contra determinados colectivos.
◾ Recortes en el estado del bienestar.

Por otro lado, prohibir el uso de dispositivos o redes sociales cuando a su alrededor la práctica totalidad de las personas están haciendo uso de ello no parece una forma efectiva de abordar el problema.

Vivimos en sociedades donde la presencia y el uso de al tecnología es prácticamente universal y necesario, por lo que aproximarse desde un marco prohibicionista exclusivamente dificulta un crecimiento en el que exista un uso razonable de este tipo de herramientas.

Este tipo de medidas, además, ponen la responsabilidad en los centros educativos o en las familias, alejando el debate de cuestiones como la regulación de los entornos digitales o la oferta de alternativas de ocio saludables para población infantil y juvenil.

El problema es cuando el uso de estos espacios se hace a costa de tiempo para dedicar a otras actividades libres de tecnologías. Las prohibiciones allí donde se han implementado (por ejemplo, en colegios de Inglaterra) no han mostrado un impacto positivo en el bienestar o el rendimiento escolar.

Prohibiciones generales se sustentan más en la narrativa de que los espacios digitales tienen un impacto negativo en el bienestar, que en una evidencia clara de que en todos los contextos esto sucede así. Existen situaciones o grupos en los que estos espacios son beneficiosos en para su bienestar.

Desde el primero me cautivó por la propuesta, la fotografía y el sonido. Pero pronto ya me empezó a encantar.

Voy por la mitad de la segunda temporada 🤓

Este estudio muestra que, en la población del estudio, fumar cigarrillos electrónicos no sirvió para ayudar a dejar de fumar a más personas en comparación con las personas que no fumaban estos dispositivos.

Desglosando los resultados, los fumadores de cigarrillos electrónicos de manera ocasional presentaban una menor tasa de cesación tabáquica, mientras que en el caso de los fumadores diarios de cigarrillos electrónicos esta reducción no fue significativa.