Si has llegado hasta aquí, te pediría el favor de que hicieras RT a algún bluit del hilo, porque lo único que se ve que Diego Ojeda (y su abogado) no quieren es que se sepa lo que están haciendo y cómo ha cerrado persiana dejando a autores e ilustradores con una mano delante y otra detrás.

Miguelito tiene sus cositas, pero seamos serios, la vida tampoco está poniendo mucho de su parte.

Una silla para Miguelito

Yo me conformo con que de repente se desvelen de madrugada y se queden mirando al techo siendo conscientes de que desde fuera no los vemos como valientes revolucionarios sino como tontos manipulados que dan vergüencita.

Es que ese es el principal motivo; no ya vigilar peques sino seguir formando parte de la vida de la casa mientras cocinas. Poder hablar con las visitas mientras terminas la cena. Yo me he criado en casas en las que buena parte de la vida se hacía en la cocina

Yo tengo uno y no me molesta, la mayor parte del tiempo es prácticamente ruido blanco. Por las noches y findes silencio total. Solo usan la megafonía en fiestas (navidad, halloween, fin de curso...).

Trabajo en una empresa pública. Cada vez que alguien viene anunciando tremendo drama interno por el que nos vamos a acabar yendo a la puta, la fuente es The Objective 😖

Salir a las tres de la tarde, llegar a casa a las cuatro y tirar de precocinados de cinco minutos al microondas.

La cocina tradicional, al chup chup, requiere de tiempo (también de ganas y de algo de talento, pero sobre todo de tiempo). Y el tiempo te lo roba el trabajo, el sistema.

Lo que va a acabar con la cocina tradicional es el capitalismo, la patronal, tu puto jefe.
Las jornadas laborales largas, los horarios de mierda. La productividad, echar horas extra. Tener que comer de tupper en la oficina. Tragarte un menú de bar en media hora y vuelta al tajo.

Pero el hecho de que tu pareja pase tantas horas fuera de casa como tú y no esté toda la mañana haciendo un potaje, como hacía tu abuela, no va a acabar con la cocina tradicional. Que la mujer ya no quiera vivir en un régimen de semiesclavitud siendo un rehén económico del marido no es el problema.