Fue un miserable clasista.

Porque aunque en verdad no os lo creáis, para la sociedad en general sigue sin ser un problema especialmente grave, a pesar de la destrucción y muerte que causa y a pesar de las advertencias de que esto se va a ir multiplicando de manera exponencial.

Así es. El programa por delante y luego candidaturas por todo el país. Pero para eso hará falta responsabilidad, y solo veo infantilismo.

Si no condena la dictadura es porque siempre le ha parecido bien desde su etapa en el falangismo universitario. Mi abuelo participó en la guerra con los franquistas, mi padre era franquista, y yo soy demócrata y aborrezco al asesino de Franco. Los hijos no deben heredar los errores de sus padres.

Confundir el partido con el Estado conduce a cosas terribles. Esto de los 10 Años de Paz de Page no suena bien.

En resumen, nepotismo y endogamia.

¿Pedir perdón? Los Junkers les allanaron el camino para recuperar la Corona. Les deben mucho.

Normal. Le debe la Corona al dictador

Pues nada, a seguir privatizando. Ánimo.

Y al que la rompa se le entierra en cal viva. Como en los buenos tiempos.

Además de sinvergüenzas e incompetentes, resulta sorprendente que se manejen como si estuvieran en la barra de un bar cocidos a cubatas. La judicatura española en todos sus estamentos es injusta y también tremendamente vulgar. 🤮

Y al que incumpla la tregua se le entierra en cal viva como en los buenos tiempos. Cuánta nostalgia.

En este caso no carga con nada, es un convencido. Proviene del falangismo universitario que nunca dejó de abrazar.

Lo mismo de Juan Carlos es aplicable a Aznar: o respetas hasta el final la memoria de tu padre (Franco en el primer caso) o estás fuera de la vida pública si se es demócrata. Ambas cosas son incompatibles, lo que me lleva a excluir la segunda opción.

Es todo increíble. Y a plena luz.

Para recusarlos a todos o anular el juicio. Sobran motivos, aunque cuando eso suceda ya será tarde. Como siempre.

Y las asesinadas por violencia de género, y las del 11-M, y las de las residencias, y tantas otras...

La meritocracia no tiene fin.