quieres que te pongan un sombrero
de síes lavándote el cerebro.
De qué color de féretros de días cotidianos
quieres que te pupilen el sonido
y guíen los pasos al callado pesebre de la muerte.
Del color del silencio os pintaron la vida.
Manuel Pacheco.
quieres que te pongan un sombrero
de síes lavándote el cerebro.
De qué color de féretros de días cotidianos
quieres que te pupilen el sonido
y guíen los pasos al callado pesebre de la muerte.
Del color del silencio os pintaron la vida.
Manuel Pacheco.
quieres que te pongan la careta de un Cristo
encadenado para decir amén a todo el mundo.
De qué color de fútbol rompiéndote los dientes
quieres que te haga gritar una bola de cuero
y salir al campo a defender la libertad de las coces.
quieres que te pongan la careta de un Cristo
encadenado para decir amén a todo el mundo.
De qué color de fútbol rompiéndote los dientes
quieres que te haga gritar una bola de cuero
y salir al campo a defender la libertad de las coces.
sobre mí
Y entonces...
¡Ah, entonces,
habrá dejado ya de ser un sueño,
y una vez más me encontraré indefenso
en mi yacija de puñales
despedazado por la realidad!
Salustiano Masó.
sobre mí
Y entonces...
¡Ah, entonces,
habrá dejado ya de ser un sueño,
y una vez más me encontraré indefenso
en mi yacija de puñales
despedazado por la realidad!
Salustiano Masó.
de estas fotografías, a dentelladas con
el olvido
Y tan inanes en la niebla
como faros a los que se les ha agotado
el combustible,
clávanseme sin fin desde su nada,
hácenme sollozar desde su todo
Y el gato
crece, crece, despide por los ojos
chispas de alto voltaje
de estas fotografías, a dentelladas con
el olvido
Y tan inanes en la niebla
como faros a los que se les ha agotado
el combustible,
clávanseme sin fin desde su nada,
hácenme sollozar desde su todo
Y el gato
crece, crece, despide por los ojos
chispas de alto voltaje
en la llanura del tiempo,
el tiempo le hace creer
que nace en aquel momento.
¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta!
¡Qué témpanos de hielo azul levanta!
Federico García Lorca.
en la llanura del tiempo,
el tiempo le hace creer
que nace en aquel momento.
¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta!
¡Qué témpanos de hielo azul levanta!
Federico García Lorca.
¡Qué espesura de anémonas levanta!
Sobre la misma columna,
abrazados sueño y tiempo,
cruza el gemido del niño,
la lengua rota del viejo.
¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta!
¡Qué espesura de anémonas levanta!
¡Qué espesura de anémonas levanta!
Sobre la misma columna,
abrazados sueño y tiempo,
cruza el gemido del niño,
la lengua rota del viejo.
¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta!
¡Qué espesura de anémonas levanta!
me sigo preguntando:
¿qué haré con tanta tarde, con tanto corazón,
con tanto barro,
si no tengo tus ojos para alzarme?
Julio Mariscal Montes.
me sigo preguntando:
¿qué haré con tanta tarde, con tanto corazón,
con tanto barro,
si no tengo tus ojos para alzarme?
Julio Mariscal Montes.
mi temor en tu cuerpo se restaña
y a tu mano pequeña yo me entrego.
Por esta dura senda de montaña
empieza una ebria a conducir a un ciego.
Manuel Mantero.
mi temor en tu cuerpo se restaña
y a tu mano pequeña yo me entrego.
Por esta dura senda de montaña
empieza una ebria a conducir a un ciego.
Manuel Mantero.
la búsqueda cantada de la clave.
Me coronas de vida, me salpicas
de esa espuma inmortal que nadie sabe.
la búsqueda cantada de la clave.
Me coronas de vida, me salpicas
de esa espuma inmortal que nadie sabe.
como a escamas de octubre el viento. Mata
más que el olvido. Abrasa con carbones
inextinguibles. Deja devastados
días de sueños. Malaventurados
los que le abrimos nuestros corazones.
José Hierro.
como a escamas de octubre el viento. Mata
más que el olvido. Abrasa con carbones
inextinguibles. Deja devastados
días de sueños. Malaventurados
los que le abrimos nuestros corazones.
José Hierro.
dentro de ti. Aúlla, ruge, brama.
Huyo, y su negra sombra se derrama,
noche total que sale a nuestro encuentro.
dentro de ti. Aúlla, ruge, brama.
Huyo, y su negra sombra se derrama,
noche total que sale a nuestro encuentro.
pensando en ti y sin ti, pero contigo,
si es que mueres en él o en él empiezas.
Rafael Guillén.
pensando en ti y sin ti, pero contigo,
si es que mueres en él o en él empiezas.
Rafael Guillén.
entrar en tus murallas . Cierto niego
que haya más fuerza en mí que la que entrego
a tu silencio, duda en ti, ya mía.
Con él limito. Sé que es la frontera
de no sé qué. -Tu muda primavera
torna en dudosos vientos mis certezas-.
entrar en tus murallas . Cierto niego
que haya más fuerza en mí que la que entrego
a tu silencio, duda en ti, ya mía.
Con él limito. Sé que es la frontera
de no sé qué. -Tu muda primavera
torna en dudosos vientos mis certezas-.