+ con que aprieta las manos de Yume. Pero su expresión no cambia, como es obvio.

+ tras unos segundos, pero la mirada de Lyria mantiene el mismo brillo que cuando sonreía. Quizá porque se refleja el brillo de Yume en sus ojos.

+ necesita para brillar. Se siente incluso mal el tener un milagro como la compañía y felicidad de Yume para ella sola, pero...

Por una vez, quiere ser codiciosa. Quiere quedarse cerca de ese milagro todo el tiempo que sea necesario y más, si es posible.

Por desgracia, la sonrisa se desvanece +

+ pasado del miedo más profundo, de recordar traumas, dolores y heridas a olvidarlo todo por la ayuda de Lyria. Y... Por una vez, puede ver la sonrisa ajena sin tener la cara tapada.

Ba—dump.
Ba—dump.

Es... Radiante. Yume y su sonrisa son dos cosas que este mundo no se merece, pero que +

+ Porque sin Lyria aquí, Yumeria habría permanecido en incesante sufrimiento. Porque Lyria es capaz de ayudar a una persona sin arruinarlo todo.

... Y eso...

Eso hace que tenga, durante unos segundos y aún sin la libreta... Una sonrisa dibujada.

+ no entiende qué la ha llevado exactamente a, por una vez en su miserable vida, hacer acopio de fuerzas por una persona desde hace años.

Quizá Yumeria realmente haya logrado que algo despierte en Lyria. Una pequeña... Ínfima... Microscópica llama de esperanza. Porque alguien la necesita. +

+ Ni usar las manos. Y el Cónclave va a hablar de esto como las vean. Ni pueden hacer el truco de magia.

Pero... Realmente, no parece importarle. Está satisfecha con estar así.

+ confía en mí.

Baja la libreta, maldiciéndose a no poder hablar. Ambas manos se dirigen a ambos lados de la cabeza ajena, tapando sus oídos. Lyria oye como siempre, pero... Al menos puede proteger a la talentosa de todo mal, ¿no?

+ puede ver nada, así que Yume acaba de darle la forma de huir de sus miedos... Aunque los gritos sigan ahí.

— Mi presencia ayuda...

Cabe decir que una conversación reciente la ha hecho ver algo de valor en su presencia y sus acciones. Por una vez, acepta que es de ayuda sin menospreciarse.

+ — Las visiones son malas. Yo hoy he decidido ignorarlas por ti, y ya.

Asiente con la libreta.

— Si quieres me puedo quedar contigo hasta que terminen, aunque mi presencia no haga mucho.