Joe Dante sabe plasmar el espíritu looney a la perfección en esta película con varias capas de genial meta-comedia, múltiples gags y recursos que me resultan tronchantes, y una animación integrada en la acción real que aún se ve sorprendentemente bien.
Joe Dante sabe plasmar el espíritu looney a la perfección en esta película con varias capas de genial meta-comedia, múltiples gags y recursos que me resultan tronchantes, y una animación integrada en la acción real que aún se ve sorprendentemente bien.
Un thriller político sinceramente adictivo, una deliciosa crónica de las conspiraciones de despachos y tretas clandestinas que llevaron a la Transición y al 23-F; sin dejar de ser propaganda setentayochoísta, no se siente panfletaria ni idealizadora en ningún momento.
Un thriller político sinceramente adictivo, una deliciosa crónica de las conspiraciones de despachos y tretas clandestinas que llevaron a la Transición y al 23-F; sin dejar de ser propaganda setentayochoísta, no se siente panfletaria ni idealizadora en ningún momento.
Bugs Bunny:
Bugs Bunny:
Una película visualmente magnífica y rebosante de personalidad sin ninguna vergüenza ni temor, los momentos experimentales que se inventa Joachim Trier con la narración en off y los montajes que atraviesan el tiempo me han parecido lo más interesante de la película.
Una película visualmente magnífica y rebosante de personalidad sin ninguna vergüenza ni temor, los momentos experimentales que se inventa Joachim Trier con la narración en off y los montajes que atraviesan el tiempo me han parecido lo más interesante de la película.
John Huston dirige su última película meciendo la cámara con una delicadeza embriagadora, impregnando las imágenes de belleza y sensibilidad, un film crepuscular con aura elegíaca que visualmente se siente muy anacrónico, como si estuviera hecha en los 50 o los 60.
John Huston dirige su última película meciendo la cámara con una delicadeza embriagadora, impregnando las imágenes de belleza y sensibilidad, un film crepuscular con aura elegíaca que visualmente se siente muy anacrónico, como si estuviera hecha en los 50 o los 60.
Un cierre frenético que ocurre en cosa de 24 horas, sin dar respiro en sus 8 episodios, y tomando ciertos riesgos narrativos bastante dolorosos para una serie familiar, aunque en algún momento el plot armor de sus protas puede llegar a ser absurdo.
Un cierre frenético que ocurre en cosa de 24 horas, sin dar respiro en sus 8 episodios, y tomando ciertos riesgos narrativos bastante dolorosos para una serie familiar, aunque en algún momento el plot armor de sus protas puede llegar a ser absurdo.