Desde luego, dejando de lado lo ideológico, la hoja de ruta mediática y discursiva es muy buena.

Construye relato de forma perfecta, acompañando siempre continente (espacio mediático elegido) y contenido (lo que dice)

Eso, teniendo en cuenta el sistema electoral español, que castiga la fragmentación, me parecería un suicidio, y hacerle un gran favor al PSOE.

Creo, más bien, que está opositando a miembro futuro de gobierno “independiente”, a nexo entre PP y VOX.

Puede hacerlo desde fuera.

Al día siguiente, casualmente, tenía entrevista televisiva, con Ana Rosa Quintana en Tele5.

De nuevo, su construcción de discurso es clara: las derechas deben entenderse, y crear un proyecto ilusionante para el país.

¿Estará pensando en crear un nuevo partido?

Sigue con su ruta participando en Podcast de nicho de los que se sacan cortes para viralizarse. Y estratégicamente elige otro lugar para llamar la atención, haciéndose un Rosa Díez (la primera en hacerlo en 2010):

acto en la facultad de Políticas, donde sabe que habrá escrache

5 días después, entrevista en el diario El Mundo, donde el titular es obvio.

Defiende que PP y VOX se entiendan.

Su discurso es claro: ciudadano “preparado” que ha tenido que dejar la política por el bajo nivel, que está por encima del barro y al que preocupa el futuro de su país.
Busca ser un “outsider” que diga lo que piensa la gente común, de la calle.

El 21 de enero fue su gran vuelta.
¿Dónde lo hizo? Con Jiménez Losantos, el gran referente mediático de la derecha española y azote en los últimos tiempos de la dirigencia de VOX.

Mensaje mediático: tus enemigos son mis amigos.

Tras su salida de VOX por discrepancias con la dirección (con Abascal) adoptó un perfil bajo (apenas seguía usando X y pocas apariciones públicas) que ha roto las últimas dos semanas.

Primera receta: 6 meses de silencio, sin contestar a nada. Y eso que le provocaron