Quisiera que mi voz fuera tan fuerte
que a veces retumbaran las montañas
y escucharais las mentes social-adormecidas
las palabras de amor de mi garganta

Date prisa que ya está aquí
(es un comando de la guardia civil),
hay tormenta y yo me tiro al mar,
me abandono, no me voy a ahogar
y ahora arriba soy el huracán

Yo soy negro, yo gitano,
yo no soy de este país,
yo nací en una patera
y ya llevamos tiempo aquí

Y gracias a @danielagtzf.bsky.social, @alexalonsonogueira.bsky.social y @perurealfonso.bsky.social por echar una mano con el texto o sus ideas

Valladolid 1998 :)

Que la muerte de Margit haya pasado inadvertida en España (donde nunca pasó inadvertida) es triste. O a lo mejor no me he enterao, que puede ser. Pero que su figura y su obra nos resulten indiferentes en, digamos, la esfera pública de izquierdas es síntoma de una brutal descapitalización cultural

Y bueno, Margit hizo muchas más cosas, como jugársela en el 68, fundar la Revista de Literatura Mexicana, defender el buen hacer frente a académicos pendejos, formar docenas de investigadores o enseñar el Quijote hasta casi el día de su muerte. Hay gente que tomó la misma clase con ella 10-12 veces

También la alta literatura escrita vivía oral y colectivamente. Interesante para pensar en nuestra siempre cambiante ecología mediática. El saber incorporado, compartido, integrado orgánica o conflictivamente en espacios sociales vitales siempre es más duro

En este libro precioso Margit demuestra la ubicuidad de la lectura en voz alta en el Siglo de Oro. Si a un especialista le cuesta Calderón mientras que un trabajador analfabeto del XVII no perdía comba en un corral ruidoso es porque la literatura en voz alta había socializado determinadas destrezas

Y luego está esto, los tomos del Cancionero folklórico de México que ella dirigió. La misma voluntad de documentación pero con las coplas vivas, escuchadas a madres, abuelas, soneros o agrupaciones folklóricas locales. Consta que estos tomos han nutrido de infinidad de letras a músicos activos

En la tradición lírica que le interesaba las mujeres querían cosas, o no las querían, las decían, o las callaban, o las gritaban, bebían, se reían y hacían mucho más lo que les daba la gana que en cualquier otra forma de sociabilidad, literaria o no

Sobre la intersección entre clase y género (ella no lo habría dicho así) hay buenos estudios aquí. No lo diría así, pero sí defendió siempre, contra escépticos, la autoría, la legitimidad y la fuerza de estas canciones de mujeres, constitutivas de una subjetividad afirmativa

Un impulso similar gobernaba esta otra obra fundamental. Margit no descubrió las jarchas pero fue de las primeras en escribir sobre ellas. Su tesis sería consistente con el resto de su trayectoria: el origen de la lírica románica no está en los trovadores sino en el canto popular de mujeres amantes