Es muy meta, pero no como gimmick juguetón sino como instrumento de exploración, de contraponer realidades, pasados y dolores para alcanzar una verdad. El lenguaje al servicio de lo humano. Es una película que ni en mil años podría hacer una IA, como sería incapaz de hacer crecer la más bella flor.

Es un film excepcional a todos los niveles: el reparto está descomunal, la puesta en escena es elegante y potentísima y el guion, pese a que introduce más líneas argumentales de las que logra unir, es ambicioso y desgarrador a nivel emocional, narrativo, intelectual y humano.

Normalicemos que nos pueden gustar las películas de gente gilipollas y que podemos odiar las películas de gente adorable, inteligente y sabia.

También hay que decir que siempre ha sido un tío bastante cargante y bocachancla, no es nada nuevo. Y que le hiciésemos caso y aplaudiésemos, a alguien como él se le sube a la cabeza. Lo que pasa es que queremos amar a la gente cuya obra amamos, y ahí también hay que separar el arte del artista.

De hecho, creo que hasta Érase una vez en Hollywood no logró que su ADHD fuese coherente y compelmentario a la hora de contar una historia. En ese tránsito, todo son esbozos de historias, narrativas incompletas y referencias brillantes como un puntero láser. En EUVEH se convierten en un tapiz.