+ nada, todo porque Rhaenyra era la princesa y no estaba entre sus posibilidades exigirle nada. Obvió los comentarios referentes al Viejo Rey—. Ni monto ni me da miedo. Prefiero la comodidad de un coche, sobre todo si conduce mi hermano Gwayne.

—A veces coincidimos en Genealogía de la casa Targaryen y Economía aplicada a Poniente y al Banco de Hierro de Braavos. De hecho, nos asignaron una tarea para estudiar la figura de los Conquistadores. Vos solo os encargasteis de Visenya —aún sentía bastante remordimiento. Esa noche no durmió nada +

+ el Conciliador con la reina Alysanne...

—Era una hipérbole para potenciar mi argumento, princesa... —solo los Siete sabían el esfuerzo que había realizado con tal de no poner los ojos en blanco. Qué ignorante. Pensar que Rhaenyra estaba en la línea de sucesión deprimía a cualquiera—. No a tantas jóvenes y viejas como hijos concibió +

+ de obedeceros.

—Soy vuestra súbdita, pero no una esclava, princesa. Vos descendéis de los pagan... señores dragón de la Antigua Valyria y yo de Garth Manoverde —iba a maltratarse las uñas tarde o temprano. Cruzó los dedos para evitarlo—. Además, los dragones son autoritarios. En cualquier momento podrían dejar +

De rechazar su propuesta, la temeridad llegaría a oídos de Otto, y este no tardaría en reprenderla duramente. Alicent era una cobarde, tanto para ejercer la voluntad propia como para recorrer Desembarco del Rey a lomos de una dragona. Por desgracia, la bestia alada daba más miedo. —No...

Alicent podía dar la sensación de ser una boba, pero era evidente que aquella princesita altiva se estaba riendo de ella. Aceptó el gesto porque era lo que debía hacer, nada más. Apenas le gustó. —Los dragones son peligrosos... Lo siento. Debo... rechazar... vuestra propuesta...

—Alicent. Lo sé de antemano, aunque considero que se debe a que no habéis encontrado el libro adecuado a vuestros intereses. Os puedo ayudar en ello, si os llama la atención.