La familia muchas veces es cómplice del agresor. Porque es mucho más fácil negar que pasó, y por tanto negar que fuiste cómplice, que aceptarlo, pedir perdón, cambiar y reparar el daño
La familia muchas veces es cómplice del agresor. Porque es mucho más fácil negar que pasó, y por tanto negar que fuiste cómplice, que aceptarlo, pedir perdón, cambiar y reparar el daño