Sus botas dejaban huellas en las calles humedecidas por la lluvia del día anterior, el cielo crepuscular iba perdiendo sus tonos naranjas y el manto nocturno se extendía lentamente desde su espalda, como si la noche respirara al ritmo de la ciudad. Era esa hora >
Sus botas dejaban huellas en las calles humedecidas por la lluvia del día anterior, el cielo crepuscular iba perdiendo sus tonos naranjas y el manto nocturno se extendía lentamente desde su espalda, como si la noche respirara al ritmo de la ciudad. Era esa hora >