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⊱ Tʜʏsᴀʟᴇɴ Dʀᴀɢɴᴀ ⊰ ൎ ⟢ ᒐo⳽t ᙃɾᥲɠoᥒ oƒ ᙅყɾᥱᥒᥲᥱ ⟣ ﹙18yo﹚ ⧛ 𝖋𝖔𝖗𝖊𝖎𝖌𝖓𝖊𝖗 𝔦𝔫 𝔱𝔥𝔢 𝖉𝖊𝖘𝖊𝖗𝖙 ⧚ ᕼo⳽tᥲɠᥱ 𝑖𝑛 Eʟᴍᴇᴋᴛʜ ⸛ ⟔ нєαℓєя, dαиcεя, ⳽ⲱⲟⲅ𝖽ⳑⲁ𝖽ⲩ ⟓ https://castaliamystica.carrd.co
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+ honran con su compañía esta noche.❞
+ extendió para tomar la botella de vino que Asmodeo había invocado, y con gesto solemne la levantó, como si nada hubiese ocurrido.

❝Ningún rey bromea con su palabra, y menos en el día de su cumpleaños. Brindemos pues, por mi dicha, por la prosperidad de Elmekth, y por todos los presentes que nos +
+ a la sorpresa del repentino cambio en su estatus, por lo que decidió ser permisivo.

La mano del Gran Shar asió la muñeca de la pelirroja para apartarla del foráneo y atraerla hacia su lado, y si bien fue suave, la autoridad impresa en el gesto era indiscutible. Solo entonces, la siniestra +
+ como una sonrisa indulgente, pero sus ojos oscurecidos traicionaron su ánimo. La súplica de Aisha se enconó como una astilla bajo la piel, y aunque se hubiese corregido después, eso no borraba una falta cometida ante todos los presentes. Sin embargo, mantuvo el semblante estoico, y atribuyéndolo +
+ parecía haberse perdido, arrastrado por el viento y las arenas del desierto. Aisha sabía que nunca había sido una posibilidad real, pero incluso morir olvidada en el harem habría sido un mejor destino que terminar encadenada más a él.

Los labios de Ashkan se torcieron en lo que podría pasar +
+ escuchado mal.

Se había resignado a una vida de esclavitud con privilegios, pero nunca había dejado de soñar con la posibilidad de volar libre. En más de una ocasión, un joven e inocente príncipe heredero le había prometido liberarla y viajar juntos por el mundo, sin embargo ese juramento +
+ habría permitido en privado.

❝Ashkan, ¿cuando has tomado esa deci...?❞ protestó, corrigiéndose tardíamente. ❝Mi señor,❞ rápida agachó la cabeza. ❝Mi señor, no es el momento para una broma de estas características.❞

Quizá seguía siendo más insolencia de la cuenta, pero necesitaba haber +
+ resultaba intolerable.

Sabía que la declaración de Ashkan era como una orden, una que la instaba a poner distancia; pero Aisha todavía necesitaba asimilarlo. Su rostro ya había empezado a hablar por ella misma, constreñido por la angustia, y sin quererlo, cometió una imprudencia que sólo se +
+ miradas clavadas en ellos, así como los murmullos que serpenteaban entre los invitados, muchos de ellos entre sorprendidos y disconformes. Seguramente consideraban que el título de esposa era exclusivo para una dama de noble cuna, y que una esclava aspirase a ser algo más que una concubina, +
+ brazo del extranjero, porque sus piernas perdieron fuerza y se tambalearon durante un instante, el que precisó para recuperar la compostura. Aún así, su piel había empalidecido varios tonos, perdiendo el rubor que la había coloreado momentos antes para adoptar un aire macilento.

Notaba otras +
Aisha dejó de prestar atención al intercambio de comentarios cortantes, como si estos fuesen un eco sumamente lejano. En su cabeza, la que había quedado grabada era la última frase de Ashkan, y cayó sobre ella como un balde de agua helada.

Por un momento agradeció estar sujetada por el +
+ estaba tan ensimismada que no se percató de que ojos furtivos no apartaban su mirada de ambas.
Aisha disimuló una sonrisa tras el dorso de su mano, e invitó a Nayrin a seguirla al puesto en cuestión donde un sin fin de dulces hacían las delicias de quienes los observaban.

Seleccionó un surtido variado para que su acompañante pudiera escoger aquel que fuese de su gusto. Sin embargo, +
|| No te perdono-
//Cuando me ponga al día en twitter respondo aquí, que lo he tenido super dejado, perdón
+ brindar por mis próximas esponsales tan pronto suelte a mi futura esposa.❞
+ como un muro entre ella y el extranjero. Tácitamente era un indicativo de que no debía tomar nada bajo ningún concepto.

❝En Elmekth, los invitados saben comportarse en presencia del anfitrión, Asmodeo,❞ repuso Ashkan con contundencia. ❝Pero aceptaré ese vino como obsequio, no obstante, para +
+ se oscurecieron. La diplomacia exigía cortesía, pero su paciencia empezaba a volverse precaria. Cada instante en que ese brazo permanecía sobre Aisha era un desafío a su autoridad.

❝¿Mi señor?❞ preguntó titubeante.

Dando un paso hacia adelante, su sombra cubrió a la bailarina, interponiéndose +
+ sino que se volvió hacia su señor, aguardando en silencio. Permaneció estática, incapaz de rechazar directamente al invitado, pero firme en no aceptar nada que le ofreciese sin la aprobación de su verdadero dueño.

La sonrisa que Ashkan ostentaba permaneció decorando su semblante, pero sus ojos +
+ súbita necesidad de volverse invisible, y cuando la rodeó con su brazo, esa necesidad se volvió urgencia. Cualquier reacción brusca podía malinterpretarse, y lo último que deseaba era dar la impresión de que correspondía a aquella cercanía.

La pelirroja no levantó la mirada hacia el extranjero, +
+ pero lo atribuyó a la tensión y las dagas verbales que parecían volar entre ambos. Una arruga confusa se alojó en su entrecejo al atisbar ciertas palabras que no se correspondían con la descripción de un reino al uso. ¿Destino? ¿Almas errantes?

Cuando escuchó su nombre, bajó la mirada con la +
❝¿Qué clase de educación posee un príncipe que no sabe cuál es el trato de cortesía que corresponde a un rey?❞ replicó el Gran Shar, puntualizando su pregunta con una risotada cáustica, como si se tratase de algún tipo de broma entre miembros de la realeza.

Aisha, por su parte, sí sintió el frío, +
+ cuarta la voz para intervenir diplomáticamente, amortiguando un poco la tensión.

❝El Gran Shar honra a todos los presentes con su hospitalidad. Si mi compañía resulta grata, es únicamente porque mi señor me permite permanecer a su lado. ¿Desean un poco de vino?❞
+ su cumpleaños podía ser una insolencia, y Aisha no quería abusar de su escaso buen humor. Aprovechando la cercanía de un sirviente cargado con una bandeja de vino, la bailarina se la arrebató para así tener una excusa con la que poder acercarse directamente a ambos, y se permitió elevar solo una +