Plumas, por una maldita vez en la vida, las adoraba, flotando, como si aquella habitación fuera un lugar etéreo lejos del entendimiento humano.

Cuando recibió aquel beso en su frente, su reacción fue tocarse la de inmediato, como una niña pequeña, la inocencia de un lobo que había tenido que >

Un beso en la nariz desestabilizó su cuerpo entero, desestabilizó su mente, su corazón, su monstruo interior que ahora mismo solo quería morderle la yugular y comérselo entero.

Su cuerpo perdió la forma de lobo de una forma tan rápida, que hasta le dolieron los pensamientos, bueno, siempre >

Oh sí, con mucha crema—...

El lobo, con cabeza hasta y midiendo con cuidado cada paso que daba acabó por enroscarse alrededor de Kael, era él quien no necesitaría mantas si dormía junto a ella de aquella forma.

Dormir...

Habían... ¡Dormido juntos!... En forma humana.

Sus fauces atraparon una almohada y empezaron a >

Pastel de zanaho-...

Bueno, alguno se le ocurre.

La lengua del gran can se pasó muy lentamente por la mejilla del contrario, le hubiera querido decir algo como: "Te protegeré tanto como duren nuestras vidas" pero sencillamente solo pudo hacerlo de la forma que mejor se le daba, siendo un buen perro.

El mejor perro.

Luego labió el dorso de su >

ⁿᵘ
Oh no, ahora tiene miradita de perrito hambriento.

No le costó de hecho fue instantáneo, una respuesta a la pregunta que Kael había tenido la osadía de pronunciar.

— Por supuesto que sí.

Y un silencio atronador se agarró a la garganta de Midha, arañando le las cuerdas vocales y haciendo que rectificar la impulsividad de sus palabras >

Nu.

Sollocitos de perrillo triste.