Siento rechazo visceral por casi todas las variantes del concepto. Ancestros, estirpes, predecesores, linajes, castas... Me disgusta, sobre todo, por el uso arrojadizo que se hace de esos conceptos desdealgunos grupos de influencia muy vinculados a la identidades excluyentes y cerradas. Presentan razonamientos, visiones, justificaciones tipo "porque antes las cosas no eran así" -como si el pasado no fuera un lugar espantoso…

Tras la noticia -tan triste como esperada- me invitan a participar de un recital de homenaje entre amigos y ayegados. Acudo, claro. Algo parecido a esto intenté leer. Cuando nos encontramos, por espacios, diferencias de edad y trayectoria, parecíamos llamados a establecer una relación de aprendiz y maestro. La palabra “mentor" se ha pronunciado hoy varias veces. Tal vez yo no estuviera buscando eso.

La tormenta de verano ha dejado la tarde fresca. El bebé, en su extremo cansancio, no sabe ya cómo volver desde su llanto hasta el sueño. Los trucos cotidianos -las cadencias de voz, paso y melodía- no funcionan hoy. Abres la puerta. El rellano es también conexión entre dos moles de ladrillo, delimitando un espacio que encajona el mar, casi en vertical.

Ante el joven guerrero, un cuerpo tendido. Todavía tiembla. Apenas unos estertores y dejará de ser enemigo. Dejará de ser nadie. Su primera victoria. Jadeante, y con voz quebrada, recita la oración que memorizó hace tiempo y con la que tantas veces ha fantaseado. Es señal de respeto, acompaña a su adversario en su último trance. Sus ojos, vaciándose, aún tensos.

He decidido volver. Ahora que lo más ilusionante de lo que una vez fue la web agoniza. Cuando hace ya años que los Servicios de Redes Sociales asfixiaron las voces individuales, cegando todo lo que…

USAID funding has significantly contributed to the reduction in adult and child mortality across low-income and middle-income countries over the past two decades. Our estimates show that, unless the a...

His “departure” from the government is anything but.

YouTube video by Agnes Obel

Dec 8, 2024, marked the end of the five-decade long regime of Bashir al-Assad and the Assad family in Syria, characterised by systemic repression, human rights abuses, and crimes against humanity.1 After the protests of 2011, Assad's response involved indiscriminate bombings, targeting of health-care facilities and health-care workers, and the use of internationally prohibited chemical weapons, triggering one of the worst humanitarian crises since World War 2.1