Valdés
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Periodista. Feminista. Corresponsal de Género en @elpais.com Que la vida tenga cumbia, sardinas y birras. ✉️ @[email protected] ✒️ https://elpais.com/autor/isabel-valdes-aragones/
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Aquí, una entrevista que condensa décadas de prejuicios y realidad deformada sobre la violencia machista que llevan años construyendo los llamados programas del corazón. "No son trapos sucios, son malos tratos", dijo muchos veces durante esa conversación.

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Antonia Dell’Atte: “La primera patada que me dio Lequio, estando embarazada, fue a la vuelta de la luna de miel”
La exmodelo cree que el Ministerio de Igualdad ha de intervenir en los programas televisivos que “revictimizan” y “frivolizan” la violencia machista
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El miércoles pasado, Antonia Dell'Atte
se sentó durante una hora y media para hablar de todo aquello. Dijo que llevaba “años luchando”, “sola”, contra “la complicidad de la prensa rosa”. Una que en los noventa era misógina, patriarcal y machista. ¿Y ahora? “Ahora, mucha, también”.
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"...que dictaminó que se daba lo que se llama exceptio veritatis, es decir, que Antonia no mentía al llamar a Alessandro Lequio maltratador”. Ahora lo hace una vez más.
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Una de las veces que lo dijo, en 2003, Lequio la demandó por calumnias. La abogada de Dell’Atte entonces, Cristina Almeida, cuenta al teléfono cómo acabó aquello, con “el sobreseimiento y el archivo de la causa en el juzgado número 35 de Madrid..."
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Y que “nunca” ha vivido de comercializar su vida privada, sino de su trabajo, en moda y en la televisión, en Italia y en España: “Siempre de mi trabajo”. Dell’Atte hace tiempo que puede y define como “maltratador” a Lequio, “porque cada cosa tiene su nombre exacto y hay que pronunciarlo”.
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Pero gran parte de la realidad de esa mujer se olvidó y deformó. También se le ha intentado deslegitimar cuando ella ha decidido sentarse frente a periodistas. Lo ha hecho cuando ha sido arrastrada a algún escándalo. Recuerda que ella “jamás, nunca” los provocó.
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Para los medios fue un triángulo amoroso que suponía ingente contenido para horas y páginas. La realidad es que detrás había habido una relación en la que se fue cumpliendo el camino que sigue la violencia machista, y que constató la Justicia.
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En realidad, construyeron un cliché: la italiana loca, despechada, mentirosa y vengativa tras su ruptura con Lequio. Porque Dell’Atte empezó a formar parte del imaginario español cuando en esa relación apareció la actriz Ana Obregón.
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En Italia, era la musa de Giorgio Armani. En España no la conocía nadie. “Llegué como una persona anónima”, dice ahora, la mañana del 8 de octubre. Después, dejó de serlo. La llamada prensa rosa empezó a construir un personaje en la década de los 90.
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Era 9 de marzo de 1991 cuando Antonia Dell’Atte caminó hasta la comisaría de Chamberí e interpuso una denuncia contra el que era el padre de su hijo de dos años y su marido, Alessandro Lequio di Assaba: “Por abandono familiar y malos tratos físicos y psíquicos”. Después la retiró.
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No son frases para levantar polémica, son estrategias e intenciones políticas por parte de representantes públicos con voluntad y capacidad para hacer, exactamente, lo que están diciendo.
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¿Puede el aborto suscitar debates? Bueno, pues tantos, ideológicos o teóricos, como quienes quieren acotar los derechos de las mujeres deseen abrir. Lo que no debería ser posible, en democracia, es que las instituciones y organismos públicos actúen contra la legalidad vigente.
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Significa también la expansión de esa estrategia propia de la ultraderecha y a la que se suma parte de la derecha que supone ir contra la democracia siendo parte de ella. Conculcar derechos, libertades y de paso ordenamiento jurídico siendo, en principio, garantes de todos ellos.
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Cuando Ayuso dice "¡váyanse a otro lado a abortar!" está diciendo a miles de mujeres susceptibles de hacerlo (18.149 en 2024) que, básicamente, no va a cumplir la ley. Y a millones que no le importan sus derechos, y que no los reconoce. Eso no solo significa lo obvio👇🏾
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Ayer mandé un mensaje y un leve pero atizador pensamiento vino, y cargadito de angustia: “Es que me cago en todo, todo el rato pidiendo perdón”. Vivo, vivimos, las señoras, en el perdón permanente. Perdón Permanente. PP, aquí 👇🏽

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Nonononono. No perdón, Pampa. 🫠💛
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Ay, me estoy riendo muchísimo con la newsletter de hoy de @isabelvaldes.bsky.social y pido perdón por compartirla antes de leerla hasta el final. Sobre el Perdón Permanente.

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Qué bonito esto. Qué bonita TÚ. 🫶🏽
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"Como mínimo", la señal de batería baja "implica una llamada al agresor, y desde ahí, ver cómo hay que proceder dependiendo de si responde o no responde, y si lo hace, de qué contesta", explicó ayer personal cercano a Cometa.
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La orden fue que cerraran directamente todas las señales de baterías bajas que aparecían en las pantallas y se gestionaran solo aquellas que aparecían como apagadas. Algo que según los protocolos internos no puede hacerse.
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Porque tenían después una visita al centro de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, de quien depende ese organismo que desde marzo de 2024 tiene como adjudicatarias a Vodafone y Securitas. ¿Qué fue exactamente lo que les pidió?
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El jueves 19 de septiembre de 2024, a las 09.56, una supervisora de Cometa ―el centro que se ocupa del seguimiento de las pulseras antimaltrato― dio una orden al equipo: saltarse el protocolo para que las pantallas estuvieran lo más limpias posibles de alertas. ¿Por qué? 👇🏾
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Estas son Lara y María. No se llaman ni Lara ni María pero sus nombres no aparecen porque son dos de las 4.515 mujeres que viven pegadas a ese dispositivo que mantiene lejos a sus agresores.

Sus historias son distintas pero tienen un punto común: el miedo diario.

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