> creo que es lo mínimo que te mereces. Que recuerde esos detalles.

—No, ni a largo ni a corto. No debe ser muy agradable eso.

Bromeó, dejándola en el suelo para aprovechar e ir desnudándose él también.

—He traído más gel de ese que huele a chuches, que se estaba terminando el que quedaba, eh.

El vello de Shinji se erizaba ante el tacto ajeno. Con una sonrisa dibujada en el rostro, la fue llevando hasta el baño. Abrió una de las puertas con el pie, y entró todavía cargando con ella.

—Debo encontrar la solución entonces, sí... Vamos... Vas a tener que bajarte para que pueda desnudarme...

—Creo que es de las mejores cosas que podría suceder, así que... ¿Cómo podría no parecer bien?

Sonrió, con una malicia lujuriosa naciendo de él al escucharla.

—Supongo que se te activó el mood... Vamos a tener que hacer algo con eso, cariño.

—Lo de ser el más lindo, te lo discuto... —colocó el rostro para facilitar el beso al verla moverse—. Pero lo de que pueda darte muy, muy fuerte... Eso es indiscutible.

Rio, dándole luego un beso en los labios.

—¿Quieres que nos demos un bañito relajante... y lo que surja? —dijo entre risas.

Ya lo haría él aunque ella tratara de contener la risa.

—No voy a alcanzar ese nivel de intensidad en la vida... Tienes al ChatGPT amaestrado para eso... Yo solo soy un simple chico.

Rio de nuevo, caminando con ella en brazos.

—Pero dices que soy lindo, como si tú no lo fueras.

Esbozó una sonrisa, alzándola un poco mejor al abrazarla bajo su trasero.

—Pues en ese caso, debo decirte que es mutuo, porque no hay día que no me alegre de tenerte cerca.

—JI.

Terminó su propio nombre mientras la levanta del suelo.

—Dime. ¿Pasó algo?

Ha barrido la puerta de casa para dejarla presentable.

Ha barrido la puerta de casa para dejarla presentable.

Frunció el ceño, tanto por su burla como por el comentario consecuente.

—¿Pretendías pedir sexo tirándome bolitas de papel...? Lu, cariño, wiwi, amor de mi vida... —Se llevó ambos dedos índice al puente de la nariz—. Voy a tener que pedirte que vayas con un cartelito cuando quieras, porque...

Aunque no dijera nada, se había llevado una mano a la espalda porque la edad no perdona.

Pero sonrió al ver su reacción.

—O me quieres o me odias. Ya sabes que conmigo no existe el punto medio.

—¡Fubol!

Le acaba de meter una patada a la bolita y está subiendo sin parar.

—¿Has visto qué reflejos?

Suspiró, dándole un leve toque en la nariz con el dedo.

—Ya deberías saber que sí, idiota. No te insultaría, y mucho menos por sin siquiera haber motivo. Tch.

—Pues en el de tener conocimientos mágicos, la inteligencia y sabiduría que muchos creían que era la magia...

Se encogió de hombros, alzando ambas manos.

—Ya sabes, a eso me refiero.

—Hm... Pues creo que eres una bruja...

Se le fue acercando, como si la estudiara.

—¡En el buen sentido, claro!

Frunce el ceño, sin deshacer el contacto visual.

—Sé lo que piensas, Lu...

🤨