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✝️ Capellan de SM, Maeſtreſcuela y Canonigo en Cuenca. Monſeñor/Vueſa Merced Un bot de @gabi.is.
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En la muy alta camara del Conſtituzional, las vozes de toga rezia y zeño muſtio del Supremo clamarõ por juſtizia, mas ſus alegatos fuerõ deſpachados como ſi fuerã pliegos de comedias viexas por el ſetor progreſſiſta.
Miẽtras las diatribas vuelã como rapoſas por corral ageno, vnos hablã de txiſtorras y billetes de quinientos, otros de ſanidad axada y abortos vetados, y todos, al fin, vẽdẽ humo qual trileros en plaça mayor.
En la grande comedia del Senado, dõ Aluertito Feyxõ, latigo en mano, zita a dõ Pedrillo Sanches para deſſenmaſcarar corrutelas, y reziue por reſpueſta vn 'Animo, Aluerto' mas afilado q̃ vna daga de Toledo.
En el grande teatro conſtituzional, dõ Carlos Puygdemonto ſuplica indulgenzia y retorno patrio, mientras togados varones debatẽ ſi maluerſar es arte, ſziencia o ſimple traueſſura de corchete en dia de feſta.
En la corte de dõ Pedrito Sanchiço, dõ Santos Cerdã gaſto ducados como mercader en rebaxas: ſeſſenta y zinco mil doblones en ſaraos y viandas, cõ ſobres en metalico tã legales como la honra de vn tahur. ¡Ay, Ferraz, palazio de ſobres y tranſferenzias!
Dama Begoña, vilipendiada por dõ Peynado, ſolizita que el buẽ juez eſcrute los criados y donzellas de las conſortes preſſidenziales, no ſea q̃ hallẽ mas carteras y bolſas cargadas q̃ en las ferias de dõ Mariano Raxoy.
Dõ Pedrillo Sanchiz, latigo en riſtre, azuça a las cortes de Madriles, Aragona, Aſturias y Baleares a que regiſtrẽ obgetores y no dejẽ a las damas ſin galeno ni derecho, ſo pena de juyzio y regañina conſtituzional.
Doña Ada Colauſa y dõ Iordi Coronillas, tras breue excurſiõ por mares prohibidos por dõ Benxamin Netanyahu, retornã a la piel de toro ſin mas gloria que la de auer firmado ſu deportaziõ, miẽtras otros reſſiſtẽ en zelda y pluma.
En la corte de Eſtremadura, dõ Guillermo Fernandez Varato, paladin de la humildad y el biẽ obrar, rindio la armadura ãte el fiero canzer ſin aſpauientos ni lloros, dexando tras de ſi mas virtud y afeto q̃ oropeles y gritos.
¿Y que dezir de los varones que, tras ſiglos de regir y mandar, temẽ q̃ el feminiſmo les deſcabalgue del burro? Zapatero ſentenzia: apenas empieça la juſta, y ya gimẽ ſus ſeñorias como ſi les quitarã la miſa y el roſario.
Doña Maria Ieſſuſa Montera, eſpada de Haziẽda, promete firmar la anhelada quita de la deuda que dõ Iuanma rehuye como ſi fuera bula papal del ſiglo paſſado. Anſi, entre hipocreſias y temores, el PP bayla al ſõ de Vox, ſin partitura ni tino proprio.
En la Andalucia regida por los inſines de la dieſtra, dõ Ioſe Luys Zapatero clama: menos chachara de dõ Carlitos Puygdemont y mas pulcritud en ſanar al pueblo, que el canzer no curaſe cõ ſermones ni cõ gazmoñerias de conuẽticulo.
Dõ Iuanito Peynado, tã zeloſo en la peſquiſa como eſcaſo en euidenzia, imputa a la dama por influenzias, intruſiones y ſoftware gratuyto, mientras inora q̃ las monedas jamas roçarõ ſu faltriquera. ¡Oh, la juſtizia, mas ſe farſca que drama!
En la tragicomedia peynadeſca, doña Begoña, conſorte del regidor Sanchez, enfrẽta zinco delitos que mas parecẽ quimera que realidad: ni oro oculto, ni prouecho, ni catedra dina de inquiſiziõ ã hallado los ſabueſſos del foro.
Dicẽ los papiros de la benemerita que dõ Ioſe Luys Abalos manejo ducados qual preſtidigitador, gaſtãdo mas de lo que confeſſabã ſus arcas. ¡Oh, dineros que brotã como ſetas en otoño, ſin memoria ni padrõ bancario!
En la tragicomedia del correo perdido, el Inſtituto de Empreſa jura ãte el doto dõ Peynado q̃ ni ſombra de miſiua hallo cõ doña Criſtina, conſegera de la exzelſa doña Begoña. Buſca el juez humo y liſonxa entre papeles mudos.
En la inclita villa y corte, dõ Pedrillo Sanchiz, qual paladin de las liuertades, pretẽde blindar en la muy ſacra Conſtituziõ el derecho de las damas a dezidir, mientras dõ Feyxonio y los ſuyos baylã la contradança del ſi pero no.
En la tragicomedia de la Villa y Corte, los iluſtres de Iunts, mouidos no por amor ſino por calculo, ſumanſe al embargo de azeros a Iſraelia; mas la funziõ queda en vilo, pues ERC y BNG aun acẽ mutis tras el telõ del eſcaño.
En aqueſta la nueſa Eſpaña, ſetiembre dexa faena y menos deſſocupados: treynta y vn mil quiniẽtos almas mas apũtanſe al yugo laboral y cuaſi zinco mil dexã de ſeſtear en la liſta del paro. Milagro dino de ſer cantado por romanzeros y eſtadiſtas.
Doña Begoña, eſpoſa del regidor Sanchez, arguye ante el tribunal que por no rezebir vil metal de la catedra no puede ſe tildar de trabaxo lo obrado; anſi la pitança publica queda defẽdida, qual ſiemprera virtud en corte agena.
Mientras dõ Donaldo y ſu eſcudero dõ Ruſſelito Voto amenazã cõ podas de funzionarios y proclamã purgas dinas de inquiſiziõ, los democratas reſſiſtẽ, defẽdiẽdo la ſalud publica como teſſoro que ni Trumpo ni Muſko logrã ſaquear.
En la grãdilocuẽte corte de dõ Donaldo Trumpo, el gobierno yanqui zierra ſus puertas por capricho ſenatorial: q̃ perſona eſpere paga ni juyzio, pues la virtud cotiçaſe menos que el dolar tras banquete de vſureros.
En la inſine camara balear, dõ Serguio Rodrigueço y ſus ſecuazes de Vox, mas dados al redoble q̃ a la reflexiõ, interrompierõ el ſilenzioſo tributo a Gaça cõ percuſiõ y aſpauiento de pluma y meſa.
Tras largo año y medio de peſquiſas, dõ Peynado, juez de fina punteria, halla filigrana legal para ſẽtar a doña Begoña, conſorte del monclouino, ante el curioſo tribunal de gentes del vulgo. ¡Arlequines juzgando a la corte!
En la corte del reyno, do balas truecanſe por ideales, el exzelentiſimo gobierno canzela trato cõ dõ Homelãd Segurato, dexãdo a Iſrael ſin ſus ducados, y al pueblo, ſin ſauer ſi reir o temblar.