¿Sabéis esas sonrisas tontas que no se quitan de la cara por nada del mundo? Pues así estoy yo desde el viernes. Y eso que ahí, cuando me tocó despedirme de mi sumiso, lo que menos me apetecía era sonreír. Tardé poco, tan poco como verlo descender por una calle, tirando de su maleta y sentí que me habría bajado del coche para abrazarle una vez más.

El mundo cyber bedesemero no deja de sorprendernos. Ayer comentaba mi amiga Sara, que le había llegado un mensaje a través de Fetlife, esa maravillosa red social donde todo es posible… Un amable caballero, sin saludar si quiera, le proponía un trío con él y con un colega. Dos “chicos maduros”. Parece ser, que este tipo ya le había escrito días atrás, sin recibir respuesta por parte de mi amiga, así que también nos podemos imaginar que tipo de mensaje sería.

Estábamos mi sumiso y yo, en el precioso sofá del Art BDSM compartiendo charla cuando se nos unió una peculiar señora, que se identificó como vainilla. Presentaciones de rigor, aclaramiento de roles y una pregunta más mientras no podía dejar de mirar nuestras manos unidas. … ¿Pero vosotros, también sois pareja, no? … (Digamos que a eso le añadió una reflexión mucho más personal, pero vamos a dejarla un poco de lado, quizás para otro post).

Estoy sentada cenando. Siervo lo hace en el suelo, en su comedero. Un ritual que ya nos acompaña cada vez que compartimos cena (las comidas suelen tener otro ritmo). Ahora, una semana después, me cuesta recordar el momento incómodo que habíamos compartido unas horas antes… porque me parece increíble poder pasar de lo uno a lo otro. En esta escena, había normalidad, complicidad, mimo y cuidado.

Hoy siervo y yo estamos de “aniversario”, bueno, más o menos… pero, en fin, que hoy celebramos, el día que nos conocimos. Ha escrito un texto precioso, rememorando aquel día y todo lo que hemos compartido, y descubierto desde entonces. Yo no tenía pensado escribir una entrada, pero ya sabéis que a veces simplemente me dejo guiar por lo que me apetece y en función de eso, publico una cosa u otra.

Creo que a partir de ahora me voy a meter en ciertos jardines no aptos para todos los públicos, pero, además de que me apetece, siento que es algo que no he hecho por miedo a polémicas o malos rollos… Y cada vez llevo peor eso de callarme… así que vamos allá. El BDSM es mucho más que una práctica o un conjunto de roles y dinámicas ¿Estamos de acuerdo en esto?

Era un día como hoy, un 19 de noviembre. Llamé a la puerta y escuché enseguida sus tacones acercarse. Ella abrió, yo entré y, por fin, nos tuvimos frente a frente. Era nuestro primer encuentro real…

¿Dónde está mi queso?Porque sé, lo sé, que entre vosotros se esconde el muy pillo que se atrevió a robarlo… Tranquilos que ya he descartado a dos, a alguien en se proclamó vegano, demasiado vehemen…

Estoy cabreada, y aunque dicen que hacer ciertas cosas en ese estado no suele ser aconsejable, pues me lo voy a pasar por la patilla, porque necesito reflejarlo y exponerlo. Hace unos días siervo y yo hemos tenido un desencuentro, en esta ocasión no he sido yo la que lo ha contado, ha sido él mismo en su particular “Diario de Locktober” que está haciendo en fetlife.