sígueme de vuelta y deberíamos poder hablar por chat

Tengo los mensajes privados abiertos para quien quiera escribirme

De propina, hijos e hijas están viendo cada día en casa qué lugar ocupa cada cual. Ese es su horizonte de expectativas.

Poco recorrido veo al libro de niñas astronautas si lo que hay naturalizado en casa y allá donde vas es una señora a cargo de TODO.

Alguien que te deja tirada de esa manera no te quiere.

Alguien que se desentiende del día a día de sus hijos no les quiere (no, llevarles a judo el miércoles y al parque el fin de semana no es ser padre).

No es normal compartir la vida con personas a quienes no les importa nadie.

Ella pensaba que su pareja era un tipo majo. Que ambos eran gente de hoy en día, jóvenes profesionales que se lo iban a repartir. Que la quería, que querría a su hijo.

Se ha encontrado con que no. Está historia no es excepcional, es la norma, sólo varía el entorno.

Ella, en periodo de prueba y con grandes expectativas encima, ha estado meses currando a horas intempestivas porque aunque tenga derecho, ve que es un canteo estar de baja por hijo semana sí, semana no.

Dista mucho de ser una mujer con vocación de ama de casa o de ganar el sueldo-propinita.

Imagino, pero con esta gente yo creo que todo es posible

Es doloroso que todavía hoy resuenen tan vigentes las palabras y los relatos de Emilia. Editorial Contraseña publicó una antología de sus cuentos titulada “El encaje roto”, que no se puede leer sin escalofrío.
Prólogo de Cristina Patiño Eirín
@edcontrasena.bsky.social
🎨 Elisa Arguilé

la muerte y la primavera 🖤