"[...] ¿yo habré de convertirme en polvo luego del sueño de estrellas que acabo de tener? ¿Es posible que sea nada, cuando en ciertos momentos me parece que soy todo? ¿Soy nada? ¿Soy todo?"
"¿Qué soy yo? Soy el deseo de no morir. No sólo esta noche en que me impulsa la necesidad de construir el sueño sólido y poderoso que ya no abandonaré, sino siempre. [...] La humanidad es el deseo de lo nuevo sobre el miedo a la muerte."
"Me imagino que sigue creciendo como un gran árbol y que en su rama más alta está agazapado un tigre diminuto. Mi madre es diferente. Sobre su pelo –tan negro, tan espeso, tan crespo– pasan los pájaros y les gusta y se quedan."
"No soy un grano de anís. Soy una niña y tengo siete años. Los cinco dedos de la mano derecha y dos de la izquierda. Y cuando me yergo puedo mirar de frente las rodillas de mi padre. Más arriba no."
"No me cansaba de ver esa aparición que eras tú. Suave, restregada de luna; tu boca abullonada, humedecida, irisada de estrellas; tu cuerpo transparentándose en el agua de la noche. Susana, Susana San Juan."
"[...] la soledad le había seleccionado los recuerdos y había incinerado los entorpecedores montones de basura nostálgica que la vida había acumulado en su corazón, y había purificado, magnificado y eternizado los otros, los más amargos."
"Nuestro sueño nunca duerme: agoniza… A veces nos acaricia con sus formas grises el sueño que soñamos. Siempre nos hace daño: triste, malogra nuestras noches; dulce, malogra nuestros días…"