"Sigues jugando a la ruleta rusa, pero con menos balas": cómo EE.UU. ha logrado reducir su epidemia de muertes por fentanilo
Tim ManselKayla dice que se volvió "inmediatamente adicta" al fentanilo cuando era adolescente.
Kayla probó el fentanilo por primera vez cuando era una adolescente de 18 años con problemas, en el estado de Carolina del Norte, Estados Unidos.
"Literalmente, me sentí increíble. Las voces en mi cabeza se callaron por completo. Me volví adicta inmediatamente", recuerda.
Las pequeñas píldoras azules a las que Kayla se volvió adicta probablemente fueron fabricadas en México y luego contrabandeadas a través de la frontera con Estados Unidos, un comercio mortal con el que el presidente Donald Trump está tratando de acabar.
Pero los carteles de la droga no son farmaceutas. Kayla nunca supo cuánto fentanilo contenían las pastillas que solía tomar. ¿Tenían suficiente opioide sintético para matarla?
"Da miedo pensar en eso", cuenta Kayla, reflexionando sobre cómo en cualquier momento pudo haber sufrido una sobredosis y morir.
En 2023, hubo más de 110.000 muertes relacionadas con las drogas en Estados Unidos.
En ese entonces, el avance del fentanilo, 50 veces más potente que la heroína, parecía imparable.
Pero luego ocurrió un cambio sorprendente.
En 2024, el número de muertes por sobredosis en Estados Unidos se redujo en aproximadamente un 25%. Esto supone casi 30.000 muertes menos: decenas de vidas salvadas por día.
El estado de Kayla, Carolina del Norte, está a la vanguardia de esta tendencia.
¿Por qué las sobredosis fatales han caído tan drásticamente?
Una de las razones que explican esta tendencia es el compromiso por reducir los daños que causan las drogas.
Esto implica promover políticas que les den prioridad la salud y el bienestar de los consumidores de drogas en lugar de criminalizar a estas personas, reconociendo que, en la era del fentanilo, el consumo de drogas suele acabar en muerte por sobredosis.
En Carolina del Norte, donde Kayla aún vive, las muertes por sobredosis han disminuido un 35%.
Allí la estrategia está bien desarrollada.
Kayla ya no consume drogas ilícitas. Forma parte de un innovador programa de seguimiento con asistencia, conocido como LEAD ("Dirigir"), por sus siglas en inglés, en la ciudad de Fayetteville, en el norte del estado.
Dicho programa es una colaboración entre la policía de la ciudad y la Coalición para la Reducción de Daños de Carolina del Norte, quienes trabajan conjuntamente para alejar del crimen a los consumidores de drogas y encaminarlos hacia la recuperación.
Tim ManselEl teniente Jamaal Littlejohn fue testigo de la lucha de su propia hermana contra el consumo de sustancias.
"Si vemos a alguien robando en un supermercado, verificamos sus antecedentes penales. Frecuentemente encontramos que los delitos que cometen parecen financiar su adicción", explica el teniente Jamaal Littlejohn.
Esto podría convertirlos en candidatos para el programa LEAD, donde obtienen apoyo para abordar su adicción y para que puedan comenzar a pensar en conseguir una vivienda y un empleo seguros.
Los defensores del programa LEAD afirman que no se trata de ser indulgentes con la delincuencia: los narcotraficantes siguen yendo a la cárcel en Fayetteville.
"Pero si logramos que la gente reciba los servicios que necesita, las fuerzas del orden tendrán más tiempo para lidiar con delitos mayores", argumenta el teniente Littlejohn, quien vio a su propia hermana luchar contra el consumo de sustancias.
"Sigues jugando a la ruleta rusa, pero tus probabilidades mejoran"
Tim ManselEsta clínica Morse registra su momento de mayor actividad poco después de las 5:30am.
A las 9am en una de las clínicas Morse de la capital del estado, Raleigh, dos o tres personas esperan su turno en la recepción.
"El horario de mayor actividad es de 5:30am a 7am, es decir, antes del trabajo", afirma el Dr. Eric Morse, un psiquiatra especializado en adicciones que dirige nueve clínicas que ofrecen tratamiento asistido con medicamentos (MAT) en Carolina del Norte.
"La mayoría de nuestros pacientes trabajan; una vez sobrios, llegan puntuales al trabajo todos los días".
La clínica cuenta con un sistema de gestión impecable. Tras registrarse, los pacientes pasan a una ventanilla de dosificación en donde reciben su dosis. Entran y salen en cuestión de minutos.
Les hacen pruebas de drogas aleatorias para detectar narcóticos ilícitos. El Dr. Morse afirma que aproximadamente la mitad de sus pacientes siguen dando positivo en opioides comprados en la calle, pero no lo considera un fracaso.
"Quizás consumes una vez a la semana y estás acostumbrado a consumirlo tres veces al día… Sigues jugando a la ruleta rusa con el fentanilo, pero has sacado un montón de balas de la recámara, así que tu tasa de supervivencia aumenta significativamente", explica Morse.
Esto se conoce como reducción de daños.
Así, en lugar de ser expulsados del programa de tratamiento, los pacientes que dan positivo en una prueba de drogas reciben más apoyo y asesoramiento.
El Dr. Morse afirma que entre el 80% y el 90% dejarán de consumir drogas ilegales por completo. Y, con el tiempo, muchos también reducirán gradualmente la dosis de la medicación.
El debate sobre la abstinencia
Tim Mansel
No todo el mundo piensa que éste sea el enfoque correcto.
Mark Pless, un republicano miembro de la Cámara de Representantes de Carolina del Norte, quien trabajó como paramédico a tiempo completo, afirma que el consumo de drogas ilícitas comienza con una decisión.
Él no cree en la reducción de daños. En particular, se opone a tratar el trastorno por consumo de opioides con medicamentos como la metadona o la buprenorfina.
"Estás reemplazando un producto adictivo con otro producto adictivo", asegura.
"Si tienes que tomarlo para mantenerte limpio, sigue siendo adictivo. Tenemos que encontrar la manera de que las personas puedan mejorar; no podemos dejarlas dependiendo de las drogas para siempre".
Él está a favor de los programas de abstinencia, cuando los consumidores de drogas abandonan el consumo de golpe.
Pero muchos profesionales de la salud en Carolina del Norte tienen dudas sobre este método.
"Creo que existen múltiples caminos hacia la recuperación", afirma el Dr. Morse. "No desestimo el tratamiento basado en la abstinencia, salvo cuando se analiza la evidencia médica".
El Dr. Morse hace referencia a un estudio de la Universidad de Yale de 2023, que analizó el riesgo de muerte de los consumidores de opioides en un programa de tratamiento, en comparación con quienes no lo recibían.
El estudio sugirió que una persona en tratamiento de abstinencia tenía la misma probabilidad, o incluso mayor, de morir por sobredosis que una persona que no lo recibía y continuaba consumiendo opioides de venta libre como el fentanilo.
Dejando a un lado los tratamientos, hay otro medicamento que está ayudando a aliviar la crisis.
La naloxona se encuentra ampliamente disponible y, en forma de aerosol nasal, revierte el efecto de una sobredosis de opioides, ayudando a la persona a respirar de nuevo.
En Carolina del Norte, en 2024, se administró más de 16.000 veces. Esto representa potencialmente 16.000 vidas salvadas, y este número solo incluye las reversiones de sobredosis que han sido reportadas.
"Esto es lo más cercano a un fármaco milagroso que podamos imaginar", afirma el Dr. Nabarun Dasgupta, científico especializado en drogas callejeras en la Universidad de Carolina del Norte.
Tim ManselEl Dr. Nabarun Dasgupta elogia los beneficios de la naloxona
Muchos consumidores de narcóticos como la cocaína, la metanfetamina y la heroína quieren asegurarse de que lo que consumen no los va a matar.
Algunas personas usan tiras reactivas para detectar el fentanilo, porque saben que esta droga está vinculada a muchas muertes por sobredosis.
Pero estas tiras no identifican todas las sustancias potencialmente dañinas.
El Dr. Dasgupta dirige un laboratorio nacional de análisis de drogas. Los usuarios le envían una pequeña parte de su suministro de drogas a través de organizaciones locales sin fines de lucro.
"Hemos analizado cerca de 14.000 muestras de 43 estados en los últimos tres años", afirma.
Un cambio generacional
Analizar las drogas para detectar aditivos potencialmente peligrosos es un arma adicional para reducir los daños.
El Dr. Dasgupta cree que otra razón que explica la disminución de las muertes por sobredosis en EE.UU. es que los jóvenes están evitando opioides como el fentanilo.
"Observamos un cambio demográfico. Los jóvenes de la generación Z mueren por sobredosis con mucha menos frecuencia que las generaciones de sus padres o abuelos cuando tenían la misma edad", afirma.
El Dr. Dasgupta no está del todo sorprendido de que los jóvenes de veintitantos años eviten los opioides.
Resulta alarmante que cuatro de cada diez adultos estadounidenses conozcan a alguien cuya vida haya terminado por una sobredosis.
Fue esta epidemia de muerte, iniciada en la década de 1990 por los opioides recetados, la que motivó al exfiscal general de Carolina del Norte, ahora gobernador del estado, a actuar contra las poderosas corporaciones que se benefician de la oscura espiral de adicción de tantos estadounidenses.
Josh Stein llamó por teléfono a sus homólogos de otros estados y asumió un papel clave en la coordinación de acciones legales contra los fabricantes, distribuidores y minoristas de opioides.
Tim ManselEl gobernador de Carolina del Norte, Josh Stein, asumió un papel de liderazgo en la coordinación de acciones legales contra los fabricantes de opioides.
El resultado, tras años de intensas negociaciones, fue un Acuerdo sobre Opiáceos por un total de unos US$60.000 millones.
Este dinero, que grandes empresas han acordado pagar a los estados de EE.UU., se destinará a la "reducción de la epidemia de opioides". La parte correspondiente a Carolina del Norte asciende a unos US$1.500 millones.
"Hay que invertirlo de cuatro maneras: prevención de drogas, tratamiento, recuperación y reducción de daños. Creo que es transformador", afirma el gobernador Stein.
Mientras tanto, la financiación por parte del gobierno nacional es incierta. Los recortes a Medicaid incluidos en la Ley "One Big, Beautiful Bill" del presidente Trump podrían tener un impacto tremendo en este ámbito.
En las Clínicas Morse de Raleigh, el 70% de los pacientes dependen de Medicaid. Si pierden el seguro médico, ¿interrumpirán el tratamiento y se volverán más vulnerables a morir por sobredosis?
Aunque las estadísticas de mortalidad por drogas en Carolina del Norte parecen optimistas, miles de personas siguen muriendo, y las poblaciones negras, indígenas y no blancas del estado no han experimentado las mismas tasas de disminución.
Y hay otros estados que han sido testigos de un ritmo obstinadamente más lento de disminución de sobredosis letales, incluidos Nevada y Arizona.
Tim ManselKayla le da crédito a Charlton Roberson, su mentor en la Coalición para la Reducción de Daños de Carolina del Norte, por haber sido una persona clave en su recuperación.
Nadie se da por vencido. Y menos Kayla.
Bajo el efecto del fentanilo durante tres largos años, nunca sufrió una sobredosis, pero sí tuvo que salvar a sus amigos.
Los padres de Kayla no sabían qué hacer con ella.
"En cierto modo se dieron por vencidos conmigo; pensaron que iba a morir", recuerda.
Kayla reconoce la contribución de Charlton Roberson, el mentor la que ayudó en su recuperación. Su objetivo ahora es reducir gradualmente la metadona y liberarse de los medicamentos y las drogas. También quiere encontrar trabajo en un hospital.
"Me siento más viva que cuando consumía fentanilo", afirma.
BBC
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
* "Entró al hospital para que le quitaran unos cálculos y terminó muerto": el drama de las familias de las 87 víctimas fatales que dejó el fentanilo contaminado en Argentina
!function(s,e,n,c,r){if(r=s._ns_bbcws=s._ns_bbcws||r,s[r]||(s[r+"_d"]=s[r+"_d"]||[],s[r]=function(){s[r+"_d"].push(arguments)},s[r].sources=[]),c&&s[r].sources.indexOf(c)